viernes, 13 de febrero de 2009

SER DOCENTE HOY

QUÉ PASA CON LA AUTORIDAD DEL DOCENTE?
Por. Héctor Fabio Villalba

Parece haberse destruido o está pasando por una grave crisis. Pero ¿cuáles podrían ser las causas? ¿A qué se debe la pérdida de autoridad? ¿Qué sucedió?

Siempre hablamos de la necesidad que los padres se acerquen a la escuela para participar de la educación de sus hijos. La familia es un actor fundamental en el proceso educativo y es necesario que establezca un vínculo, una comunicación permanente con los docentes responsables de la educación de sus hijos.

Pero se ha observado que la participación de los padres se ha convertido en una intervención (o ha sido mal interpretada dicha participación) que comenzó a alterar o afectar la disciplina propia de los establecimientos educativos provocando una ruptura o degradación de los espacios de autoridad que los docentes necesitan ocupar en el aula para cumplir satisfactoriamente su labor.
Esto se ha dado por la frecuente actitud de aquellos padres que, ante la menor sanción o calificación contraria que reciben sus hijos, se acercan a la escuela para realizar una queja o cuestionar la conducta adoptada por el docente.

Y es lamentable ya que se trata de una actitud asumida ciegamente ante la defensa de su hijo y cada vez es más frecuente. Es por ello que la participación debe estar dirigida a una finalidad integradora y constructiva, de apoyo y acompañamiento no invasivos; donde exista una coherencia con el respeto por los roles diferenciados que habitan en la escuela entre docentes y alumnos.

No podemos olvidar que cada actor tiene su lugar y debe cumplir con sus responsabilidades en forma adecuada en pos de una educación de calidad, comprometida con la sociedad. Los padres deben conversar seriamente con sus hijos pero nunca cuestionar al docente. Un padre responsable no puede dañar la autoridad del docente frente a sus alumnos.

Algunos autores opinan que los padres llevan adelante esta actitud o conducta porque es una manera de pedirle a la escuela que haga lo que ellos no son capaces de hacer, que es hacerse cargo del hijo en problemas.

Los padres deberían ver la necesidad de hacerse cargo de los chicos en tiempos como estos en que nadie quiere encargarse de ellos, alejándolos de dos plagas de la sociedad actual como son la banalidad (lo trivial, lo insípido, lo superficial) y la mediocridad (lo vulgar, lo escaso, lo limitado).Hay algunas personalidades en nuestra sociedad que pensando y reflexionando sobre esta temática aconsejan a los padres a tejer alianzas con el resto de los integrantes de la familia y con aquellos que la rodean.¿Y cómo tejer alianzas? Encarando los problemas de los hijos con apoyo y consejo de tíos, abuelos, docentes y amigos dispuestos a participar en el esfuerzo por encontrar nuevos rumbos para cumplir con la misión correspondiente.

Hay que reconstruir la autoridad del docente y retornar a una educación que transmita valores y conductas. Es decir respetar el poder que tiene el docente debido al cargo que ocupa y por los conocimientos que tiene, porque para eso está allí.

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