sábado, 7 de febrero de 2009

LA ADICCIÓN A LA INTERNET


LA ADICCIÓN A LA INTERNET, ¿MITO O REALIDAD? Por: Lic. Héctor Fabio Villalba
Hacia las últimas décadas del siglo pasado las conductas adictivas de los seres humanos estaban mediadas por el uso de sustancias psicoactivas, los juegos de azar, la televisión y otros que, aunque también nocivos, no habían alcanzado las dimensiones del que en pleno siglo XXI se ha erigido como el de más rápida penetración en las sociedades modernas, el llamado Desorden de la Adicción a Internet (IAD)
El incremento en el uso de las denominadas Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), es uno de los factores que pone de presente la discusión entre las múltiples ventajas que han traído esas tecnologías a la vida del hombre moderno y las consecuencias de su uso intensivo más allá del campo de los negocios, la educación y la comunicación, para convertirse en esa conducta patológica.

Una de las profesionales que más ha estudiado este fenómeno últimamente es la Dra. Kimberly S. Young, de la Universidad de Pittsburgh (Bradford), quien en su más reciente informe asegura que unos 400.000 estadounidenses están afectados por este síndrome. Por su parte, el Center for On-Line Addiction describe este tipo de adicción como un deterioro en su control y uso que se manifiesta en un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos y definen al “netdependiente” como aquel individuo que realiza un uso excesivo de Internet lo que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales.

Pero a pesar de la creciente preocupación, sobre todo en países emergentes como el nuestro, donde nuestros jóvenes estudiantes están siendo cada vez más atraídos por el uso descontrolado de las nuevas tecnologías, en este caso la Internet, hay opiniones encontradas en el sentido de que este síndrome no existe.

A pesar de estos pronunciamientos, la comunidad médica internacional no se ha manifestado en los manuales y diagnósticos tanto de psicología como de psiquiatría, sobre la existencia de una adicción, en este sentido. La adicción a Internet no figura en el DSM IV, el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales, editado por la Asociación Americana de Psiquiatría, y tampoco ha sido aceptada por la Asociación Americana de Psicología.

Sin embargo, el hecho de que Internet sea un fenómeno relativamente nuevo en la historia de la humanidad, y los efectos nocivos no sean todavía fácilmente diagnosticables, no deja de preocupar sobre todo si vemos conductas cada vez más compulsivas en algunos jóvenes respecto del uso de los computadores y los peligros que este uso intensivo acarrea, por la gran cantidad de información, valores pero también antivalores, que circulan sin control por la red y a los que ellos están expuestos diariamente.Al respecto cabe traer a colación el estudio del catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco (Madrid), Enrique Echeburúa, quien advierte que el uso anormal de Internet puede crear adicción y recomienda que la conexión a la red no se prolongue más de dos horas diarias. En una entrevista concedida a la agencia EFE, Echeburúa aseguró que el colectivo más vulnerable son personas introvertidas, con baja autoestima y con una vida familiar pobre “por lo que corren más riesgo de experimentar conductas adictivas a la red informática”.

Echeburúa, que actualmente realiza un estudio sobre la adicción a las redes informáticas, asegura que el perfil de usuarios adictos se completa con el colectivo de los internautas jóvenes de un nivel cultural medio que disponen de tiempo libre, ciertos conocimientos de informática e inglés y que viven en grandes ciudades. Echeburúa definió a los adictos a la red como “aquellos usuarios que aumentan su dependencia al ordenador hasta aislarse de su entorno e ignorar otros aspectos de la vida cotidiana”. Según el siquiatra Nathan Shapira, del Colegio de Medicina de Cincinnatti, “no es claro si el problema relacionado con Internet debería ser considerado como un desorden o sólo como un síntoma de un problema más serio, o si el caso es que un desorden pueda provocar la adicción a Internet”. El doctor Shapira y sus colegas estudiaron a 14 personas que habían pasado tanto tiempo navegando en Internet, que estaban enfrentando problemas como la ruptura de sus relaciones de pareja, pérdida del empleo y expulsión de la institución educativa, entre otros.

No se trata de hacerle un juicio de valor a Internet ni y a los computadores, pues es sabido que en pleno siglo XXI, es imposible que una persona inmersa en cualquiera de las actividades del mundo moderno se abstraiga de la maravillosa posibilidad que nos brindan estas herramientas para acceder a la denominada sociedad de la información y el conocimiento. Pero en sociedades como la colombiana, que apenas está experimentando un ingreso al mundo de las nuevas tecnologías de la informática y la comunicación, debemos dejar claro a nuestros jóvenes, en los colegios, en nuestras casas, que como todo en exceso, el del uso de los computadores conectados a la Internet, si no se hace con mesura y estableciendo parámetros de calidad sobre las páginas y contenidos que se visitan, se corre el riesgo de que la virtualidad ponga nuestros píes y nuestros convicciones más cerca de la realidad virtual, pero cada vez más lejos del mundo real de los valores y la razón de los verdaderos seres humanos .

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