jueves, 9 de julio de 2009

A QUE LLAMAMOS SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

A qué llamamos sociedad del Conocimiento?

Por: Héctor Fabio Villalba

En la segunda mitad del siglo XX se da un gran desarrollo tecnológico a gran escala. En la Sociedad del conocimiento, son el conocimiento y la tecnología aquello que pasa a ser considerado de mayor impacto para el avance económico y social de las comunidades, según José Guinés Mora (2004). Este desarrollo tiene sus características que lo diferencian del que produjo la sociedad industrial. Así, pues, en ésta lo que primaba era, precisamente, la producción industrial, mientras que la Sociedad del Conocimiento se caracteriza, entre otras cosas, por la aceleración científica y tecnológica, la rapidez de los flujos de información y por el mundo de la complejidad


En este orden de ideas, es claro que la nueva sociedad está constituida por flujos de capital, de información, de tecnología, de interacción organizativa, de imágenes, de sonidos, de símbolos. En palabras de Manuel Castells, en El surgimiento de la sociedad de redes (1996), el espacio es la expresión de la sociedad. Es decir, la sociedad de esta era se organiza es con base en redes, por los flujos, y es lo que el autor llama “la ciudad informacional”, o también “las megaciudades”, que son aglomeraciones muy cuantiosas de seres humanos viviendo en una economía global.

El concepto Sociedad del conocimiento fue utilizado por primera vez por Peter Drucker, escritor austríaco, en 1969, un especialista en management. Drucker, en su libro La sociedad postcapitalista se anticipa a lo que será la sociedad hoy en día: aquélla en donde el conocimiento tendrá que renovarse tan rápidamente cuanto sea necesario, de lo contrario, lo que hoy es conocimiento, mañana es obsolescencia.

Es una época de cambios rápidos y complejos y aparece el conocimiento como recurso competitivo, y la mejor manera para competir es disponer de personal muy calificado, dispuesto a la innovación permanente. Por lo tanto, surge la necesidad de establecer una relación más estrecha entre universidad – empresa porque se requiere un gran capital intelectual para sobrevivir. De ahí que en la Sociedad del conocimiento el potencial humano es el recurso más valioso e importante de las organizaciones para una nueva sociedad. Peter Drucker, en El nuevo cambio en la productividad, plantea que “No existen países desarrollados ni subdesarrollados sino simplemente países que saben administrar los recursos tecnológicos disponibles y potenciales, y países que todavía no saben administrarlos”. Y es el llamado que hace la Sociedad del conocimiento, con Drucker a la cabeza, que el conocimiento debe ponerse a la vanguardia del desarrollo de los pueblos, como centro de producción de riqueza, pero no tanto su cantidad sino su productividad.

El conocimiento corre, circula, ya no está en un recipiente cerrado, al contrario, va en permanente interacción, en la red, en las millones de webs en donde la información se vuelve incalculable; por consiguiente, nacen nuevas formas de abordarlo, de enseñarlo. Son los novedosos retos de esta sociedad porque la actual concepción de conocimiento invita a darle un giro a la forma como se entiende, como se interpreta la realidad para establecer múltiples conexiones – la complejidad – con el fin de construir nuevo conocimiento.

José Antonio Millan (2000) diferencia claramente lo que es información y conocimiento. Lo primero lo define como algo externo, informe, rápidamente acumulable mientras que el conocimiento es interiorizado, estructurado, sólo puede crecer lentamente, es humano y conduce a la acción.

Lo anterior permite ubicar desde lo económico, desde lo global, desde lo tecnológico lo que llamamos Sociedad del conocimiento y cómo ésta exige nuevas tecnologías, innovadoras formas de aprender, emprendedores retos, nuevos paradigmas de la educación, transformación de la enseñanza. En síntesis, la Sociedad del conocimiento afecta a todo el planeta y obliga a cambios hoy para vivir el mañana


En la segunda mitad del siglo XX se da un gran desarrollo tecnológico a gran escala. En la Sociedad del conocimiento, son el conocimiento y la tecnología aquello que pasa a ser considerado de mayor impacto para el avance económico y social de las comunidades, según José Guinés Mora (2004). Este desarrollo tiene sus características que lo diferencian del que produjo la sociedad industrial. Así, pues, en ésta lo que primaba era, precisamente, la producción industrial, mientras que la Sociedad del Conocimiento se caracteriza, entre otras cosas, por la aceleración científica y tecnológica, la rapidez de los flujos de información y por el mundo de la complejidad
Por: Héctor Fabio Villalba
A qué llamamos sociedad del Conocimiento?

En la segunda mitad del siglo XX se da un gran desarrollo tecnológico a gran escala. En la Sociedad del conocimiento, son el conocimiento y la tecnología aquello que pasa a ser considerado de mayor impacto para el avance económico y social de las comunidades, según José Guinés Mora (2004). Este desarrollo tiene sus características que lo diferencian del que produjo la sociedad industrial. Así, pues, en ésta lo que primaba era, precisamente, la producción industrial, mientras que la Sociedad del Conocimiento se caracteriza, entre otras cosas, por la aceleración científica y tecnológica, la rapidez de los flujos de información y por el mundo de la complejidad
Por: Héctor Fabio Villalba


En este orden de ideas, es claro que la nueva sociedad está constituida por flujos de capital, de información, de tecnología, de interacción organizativa, de imágenes, de sonidos, de símbolos. En palabras de Manuel Castells, en El surgimiento de la sociedad de redes (1996), el espacio es la expresión de la sociedad. Es decir, la sociedad de esta era se organiza es con base en redes, por los flujos, y es lo que el autor llama “la ciudad informacional”, o también “las megaciudades”, que son aglomeraciones muy cuantiosas de seres humanos viviendo en una economía global.

El concepto Sociedad del conocimiento fue utilizado por primera vez por Peter Drucker, escritor austríaco, en 1969, un especialista en management. Drucker, en su libro La sociedad postcapitalista se anticipa a lo que será la sociedad hoy en día: aquélla en donde el conocimiento tendrá que renovarse tan rápidamente cuanto sea necesario, de lo contrario, lo que hoy es conocimiento, mañana es obsolescencia.

Es una época de cambios rápidos y complejos y aparece el conocimiento como recurso competitivo, y la mejor manera para competir es disponer de personal muy calificado, dispuesto a la innovación permanente. Por lo tanto, surge la necesidad de establecer una relación más estrecha entre universidad – empresa porque se requiere un gran capital intelectual para sobrevivir. De ahí que en la Sociedad del conocimiento el potencial humano es el recurso más valioso e importante de las organizaciones para una nueva sociedad. Peter Drucker, en El nuevo cambio en la productividad, plantea que “No existen países desarrollados ni subdesarrollados sino simplemente países que saben administrar los recursos tecnológicos disponibles y potenciales, y países que todavía no saben administrarlos”. Y es el llamado que hace la Sociedad del conocimiento, con Drucker a la cabeza, que el conocimiento debe ponerse a la vanguardia del desarrollo de los pueblos, como centro de producción de riqueza, pero no tanto su cantidad sino su productividad.

El conocimiento corre, circula, ya no está en un recipiente cerrado, al contrario, va en permanente interacción, en la red, en las millones de webs en donde la información se vuelve incalculable; por consiguiente, nacen nuevas formas de abordarlo, de enseñarlo. Son los novedosos retos de esta sociedad porque la actual concepción de conocimiento invita a darle un giro a la forma como se entiende, como se interpreta la realidad para establecer múltiples conexiones – la complejidad – con el fin de construir nuevo conocimiento.

José Antonio Millan (2000) diferencia claramente lo que es información y conocimiento. Lo primero lo define como algo externo, informe, rápidamente acumulable mientras que el conocimiento es interiorizado, estructurado, sólo puede crecer lentamente, es humano y conduce a la acción.

Lo anterior permite ubicar desde lo económico, desde lo global, desde lo tecnológico lo que llamamos Sociedad del conocimiento y cómo ésta exige nuevas tecnologías, innovadoras formas de aprender, emprendedores retos, nuevos paradigmas de la educación, transformación de la enseñanza. En síntesis, la Sociedad del conocimiento afecta a todo el planeta y obliga a cambios hoy para vivir el mañana



En este orden de ideas, es claro que la nueva sociedad está constituida por flujos de capital, de información, de tecnología, de interacción organizativa, de imágenes, de sonidos, de símbolos. En palabras de Manuel Castells, en El surgimiento de la sociedad de redes (1996), el espacio es la expresión de la sociedad. Es decir, la sociedad de esta era se organiza es con base en redes, por los flujos, y es lo que el autor llama “la ciudad informacional”, o también “las megaciudades”, que son aglomeraciones muy cuantiosas de seres humanos viviendo en una economía global.

El concepto Sociedad del conocimiento fue utilizado por primera vez por Peter Drucker, escritor austríaco, en 1969, un especialista en management. Drucker, en su libro La sociedad postcapitalista se anticipa a lo que será la sociedad hoy en día: aquélla en donde el conocimiento tendrá que renovarse tan rápidamente cuanto sea necesario, de lo contrario, lo que hoy es conocimiento, mañana es obsolescencia.

Es una época de cambios rápidos y complejos y aparece el conocimiento como recurso competitivo, y la mejor manera para competir es disponer de personal muy calificado, dispuesto a la innovación permanente. Por lo tanto, surge la necesidad de establecer una relación más estrecha entre universidad – empresa porque se requiere un gran capital intelectual para sobrevivir. De ahí que en la Sociedad del conocimiento el potencial humano es el recurso más valioso e importante de las organizaciones para una nueva sociedad. Peter Drucker, en El nuevo cambio en la productividad, plantea que “No existen países desarrollados ni subdesarrollados sino simplemente países que saben administrar los recursos tecnológicos disponibles y potenciales, y países que todavía no saben administrarlos”. Y es el llamado que hace la Sociedad del conocimiento, con Drucker a la cabeza, que el conocimiento debe ponerse a la vanguardia del desarrollo de los pueblos, como centro de producción de riqueza, pero no tanto su cantidad sino su productividad.

El conocimiento corre, circula, ya no está en un recipiente cerrado, al contrario, va en permanente interacción, en la red, en las millones de webs en donde la información se vuelve incalculable; por consiguiente, nacen nuevas formas de abordarlo, de enseñarlo. Son los novedosos retos de esta sociedad porque la actual concepción de conocimiento invita a darle un giro a la forma como se entiende, como se interpreta la realidad para establecer múltiples conexiones – la complejidad – con el fin de construir nuevo conocimiento.

José Antonio Millan (2000) diferencia claramente lo que es información y conocimiento. Lo primero lo define como algo externo, informe, rápidamente acumulable mientras que el conocimiento es interiorizado, estructurado, sólo puede crecer lentamente, es humano y conduce a la acción.

Lo anterior permite ubicar desde lo económico, desde lo global, desde lo tecnológico lo que llamamos Sociedad del conocimiento y cómo ésta exige nuevas tecnologías, innovadoras formas de aprender, emprendedores retos, nuevos paradigmas de la educación, transformación de la enseñanza. En síntesis, la Sociedad del conocimiento afecta a todo el planeta y obliga a cambios hoy para vivir el mañana

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