viernes, 26 de junio de 2009

son las TIC la solución a todo en la vida?

son las TIC la solución a todo en la vida?
Por Héctor Fabio Villalba
Esta pregunta fue la base de una discusión que tuvimos en la oficina la semana pasada. Nuestra diseñadora, asidua usuaria de la red y de sus múltiples opciones, considera que el Internet es muy útil y necesario en la vida. Que el mundo actual es diferente gracias a las TIC y que es necesario que todos la involucremos en nuestra vida. Otra de nuestras asesoras, pocas veces pasa tiempo sin su computador y por las herramientas que ofrece, ha logrado comunicarse, pagar, oír música etc.

Mi esposo, publicista, decidió que el Internet en el celular es la mejor opción, pues recibe los mensajes de su Outlook todo el tiempo y no se le acumula trabajo. Todas estas personas tienen en mi concepto algo en común: su realidad les permite encontrar una solución en el Internet.

Caso contrario le ocurre por ejemplo a mi hermana, que es odontóloga y que en su quehacer diario, necesita tener una boca abierta, para poder trabajar. Para ella, el Internet facilita algunos procesos como el pago de la salud, pero no es una necesidad inminente dentro de su vida.

Estas diferentes posiciones las discutimos abiertamente, pues si bien reconozco profundamente que en áreas como la educación, la salud y el trabajo, las TIC optimizan procesos, generan productividad y son una herramienta indispensable, no considero que las mismas sean la última y única solución en la vida, ni que todos debamos estar permanentemente conectados.

El caso que les contaba ese día con intenciones de argumentar mi posición, era que un psicólogo puede hacer procesos por Skype, pero siempre hay un componente de "feeling" que se fundamenta en el quehacer y la formación de cada persona, en su humanidad, por lo que creo que si bien algunos pueden hacerlo por este medio, no será una modalidad implantada permanentemente ni por todos.

Adicionalmente sé que hay software que permite procesar pruebas aplicadas, pero pocos psicólogos basarían un concepto únicamente en una prueba escrita, sin ningún tipo de entrevistas presencial.

Hay situaciones que me dan aún más la razón, por ejemplo, llevamos con un hosting mas o menos un año, y en este tiempo, no hemos podido ni conocer a uno de sus asesores, ni tener una respuesta del otro lado de la línea que satisfaga nuestro malestar con el servicio. Esto ha hecho además que queramos salirnos por mala atención, busquemos uno que ofrezca servicios online, pero que a su vez nos ponga a una persona del otro lado del teléfono, que materialice el servicio y que nos haga sentir que tenemos respuestas más allá de una máquina que informa que fue recibida la queja, que pronto será atendida.

Estas razones, y la necesidad innata del ser humano de relacionarse físicamente con otro, son las razones que me llevan a concluir, varias cosas: primero, las TIC son una herramienta que facilita la vida, pero no son ni la única ni la más válida; segundo, no todos necesitamos el Internet en nuestra vida, este es una necesidad creada y el nivel de usabilidad depende de cada persona; tercero y último, el uso de la tecnología no puede convertirse en una especie de fanatismo, que nos haga pensar que quien no la usa, está por fuera y puede estar condenado a la perdición en este mundo global .

No quisiera de ninguna manera que el tema se preste para malas interpretaciones, pues reconozco que facilitan la vida, mejoran muchos procesos, nos conectan con el mundo y nos permiten ser más competitivos, pero si quiero dejar la reflexión sobre el Internet y las comunicaciones que se basan y son para los seres humanos.

martes, 23 de junio de 2009

Reciclar, como ayuda al Planeta


Reciclar ayuda al planeta, esto se logra con educación, disciplina y práctica; si todos recicláramos, la salud de la tierra sería mejor

Por: Ing. Édgar Garzón
CORPOECOAMBIENTAL
Corpoecoambiental@yahoo.com
reproduce HECTOR FABIO VILLALBA
Los educadores sembramos, formamos y construimos conciencia ambiental, trabajo que la sociedad de consumo destruye. Enseñemos a hijos, familiares y amigos como conservar y preservar la existencia en el planeta, que avisa y pide colaboración; el cambio climático, la contaminación atmosférica del agua, del aire, son resultado de la irresponsabilidad de cada habitante, no sólo atentamos contra el planeta sino con la vida misma. Imagínese por un minuto un mundo con el aire y el agua contaminadas, caminar todo el tiempo con un cilindro de aire comprimido, el agua hace parte de la alimentación, cómo podríamos vivir sin ella, sería una pesadilla, que de seguir así será pronto una realidad.

Lo invitamos a reciclar y a ganar adeptos en el tema, que no sólo consiste en aprovechar lo ya desperdiciado por el hombre, es más que una acción, es un proceso fundamental en la preservación del medio ambiente.

Son importantes los desechos que produce el consumo cotidiano “basura”, pues eliminar el consumismo es un proceso gradual que sólo se logra con educación, pero mientras se cumple este objetivo, los supuestos desechos tienen que convertirse en algo útil, para no seguir maltratando el medio ambiente.

Para reciclar se debe educar, disciplinar y practicar; hay que acceder a la materia prima “basura”, esta se separa entre la biodegradable y la degradable a largo plazo (natural y sintética), la basura natural se puede enterrar y ésta es benéfica para la tierra; la sintética o artificial se separa según sea vidrio, cartón, papel, aluminio y plástico. Estos desechos se recolectan, almacenan y posteriormente se venden por kilos en las empresas de reciclaje.

Reutilizar
- Cuantos más objetos reutilicemos, menos basura produciremos y menos recursos agotables tendremos que “gastar”; la compra de líquidos en botellas de vidrio retornables, es decir, aquellas que se tienen que devolver en la tienda o en el mercado al comprar otras nuevas, son un gran ejemplo.
- Al utilizar papel para escribir, no escriba sólo en una cara y luego tire la hoja. Utilice el otro lado para notas, borradores, tomar apuntes o dibujar, etc. También puede utilizar el papel viejo para empaques.
- Si en casa toman café y utilizan filtros de papel, proponga que se compren filtros reutilizables y lavables. Es más barato y produce menos basura.
- ¿Se ha cansado de sus juegos, o ha crecido demasiado para volver a ellos? en lugar de tirarlos a la basura, puede regalárselos a otros niños, por medio de asociaciones de caridad.
- La ropa que le queda pequeña, puede servirle a otra persona de menor edad. Recuerde que no todos los niños tienen las mismas oportunidades.
- También la madera y los trapos viejos pueden ser aprovechados y reutilizados en otros fines. Busque en su barrio algún sitio donde los recojan.

Reciclar
Consiste en volver a utilizar materiales para fabricar de nuevo productos similares.
Este paso debe ser el último de los tres mencionados. Si no puede reducir el consumo de algo en particular, ni tampoco reutilizarlo, entonces, al comprarlo, tenga en cuenta siempre que ese producto puede reciclarse.

¿Qué es lo que se puede reciclar sin problema?
Papel, cartón, cristal y restos de comida, etc. (para hacer abono orgánico, también denominado compost).
Lidere en su colegio, instituto o lugar de trabajo, campañas para utilizar papel reciclado, también entre en contacto con servicios que acopien papel usado. Así no se desperdiciará el papel que se utiliza, sino que podrá volver a sus manos en forma de papel reciclado. Nunca olvide que para utilizar papel, ha tenido que morir un árbol. En casa, separe todo el papel y el cartón que iría a la basura (periódicos, cajas, etc.). Investigue cuál es el sitio más cercano donde puede llevarlo o espere que pase el carro recolector de residuos reciclados. Colabore.

Si no puede encontrar un producto líquido en un envase de cristal rellenable, siga eligiendo el vidrio y luego lleve las botellas vacías a un contenedor de vidrio, pero investigue siempre primero si en la tienda recogen las botellas para utilizarlas de nuevo. Siempre es preferible “reutilizar”, así no hay que gastar tanta energía en hacer botellas nuevas

lunes, 22 de junio de 2009

Para qué enseñar filosofía?

Héctor Fabio Villalba


Cada vez que se inicia un curso de filosofía los estudiantes se preguntan ¿y para qué sirve esta materia? Como profesores podemos dar desde las respuestas más complejas hasta las más sencillas. Algunos pueden responder con alguna proposición abstracta y elevada. Otros pueden indicarles a sus discípulos que la materia es muy fácil y que no deben temer, porque realmente lo importante es desarrollar algunas competencias con las cuales puedan desenvolverse en el ámbito académico y en la vida cotidiana.
A la base de la pregunta del para qué la enseñanza de la filosofía, subyace otra: ¿qué es la filosofía? Podemos contestar con la respuesta de Heidegger en su trabajo del mismo título "Filosofía es traducir al lenguaje la llamada del ser del ente." Pero si contestamos de esta manera, lo más probable es que nuestros alumnos se sientan confundidos y crean que la labor será inútil y aburrida. No basta con indicarle al alumno que la filosofía es la disciplina máxima del saber y que en ella están contenidos un sin número de teorías y autores dedicados a pensar lo más complejo de la realidad. De acuerdo a lo anterior, en las siguientes líneas se exponen cuatro razones básicas por las cuales es imprescindible la enseñanza de la filosofía.
Enseñar filosofía para recuperar el sentido de los valores

Cotidianamente se escucha decir que la sociedad actual vive una crisis de valores. Los mayores acusan a los jóvenes de no tener una escala de valores que les permita vivir auténticamente. Añoran las épocas pasadas e incesantemente cuestionan la forma en que se vive. La sociedad oferta gran cantidad de posibilidades que hacen del ser humano un individuo vulnerable y presa del facilismo. No es que en la actualidad se niegue la existencia de los valores. El problema radica en la vertiginosa mutación de valores. Otrora existían mayores seguridades e instituciones que proporcionaban las tablas axiológicas. El bueno era quien obedecía y cumplía fielmente lo que unos cuantos proponían. En el presente hay una fuerte tendencia al cambio. Sin embargo, ello no justifica que todo comportamiento sea válido, como pretenden afirmar ciertas esferas de la sociedad.
Debemos enseñar el sentido que tiene para el ser humano guiarse de acuerdo a unos valores. Es decir, de acuerdo a unas realidades que aparecen intangibles, pero que se materializan en el comportamiento. Y cuando digo enseñar, no estoy afirmando que debemos llenar a los alumnos con un cúmulo de conceptos en donde ellos recitan literalmente las definiciones dadas por los autores. Una de las formas más indicadas para enseñar los valores es la práctica. Resulta inoficiosa la prédica si en realidad no logramos transmitir el sentido de los valores. Y el sentido se logra sólo a través del ejemplo. Es decir, no pretendamos que nuestros hijos y estudiantes asuman valores si nosotros les demostramos con nuestra actuación que todo da lo mismo. Con actitudes tales como ser fiel o infiel es cuestión de gustos y preferencias; ser honrado o deshonesto depende de la situación; decir la verdad o engañar es asunto del momento, sólo logramos perpetuar un relativismo moral a través del cual falseamos los comportamientos correctos. Nosotros damos sentido a los valores cada vez que asumimos posiciones firmes y decididas; no dogmáticas y totalitarias. Actuemos con convencimiento y no flaqueemos. Seamos tolerantes con los asuntos triviales, pero no mostremos tolerancia ante las situaciones que degradan la dignidad humana. Andemos con la verdad, es decir, con transparencia, porque sólo así estaremos en condiciones de exigirles a las nuevas generaciones la construcción de un mundo más humano.
A través de la filosofía es posible que el alumno confronte su escala de valores y decida libremente optar por la vida en abundancia o por el escurridizo laberinto de la destrucción. Puestas así las cosas, la enseñanza de los valores conduce a indagar por su esencia y significado. Debemos preguntar a los alumnos por sus aspiraciones más altas y desde allí direccionar el sentido de los valores. Resulta fundamental transmitir pasión por la vida y no dejar que ellos se pierdan en los supuestos valores que coloca la sociedad, porque si al ser humano le arrancáramos el mundo de las valoraciones y quedaran éstas encerradas en una esfera subjetiva, se provocaría una profunda deshumanización y la tierra se convertiría en un lugar inhabitable.
Enseñar filosofía para adquirir una conciencia crítica de la realidad y superar el conformismo

De nada sirve en la vida asumir posiciones neutrales o pasivas, pues quienes así lo hacen pierden el auténtico derrotero de la existencia. Durante una época no muy lejana, en América Latina, se propuso a nivel pedagógico que la enseñanza debería contener un alto sentido crítico. Las teorías pontificaron demasiado al respecto y parece que las grandes aspiraciones porque el mundo obtuviera un orden social más justo y humano se difuminaron rápidamente. Hoy se afirma que debemos formar en los jóvenes un sentido crítico. Debemos enseñarles, por lo menos así se sostiene en teoría, a descifrar los lenguajes que se ocultan detrás de la realidad.
En oportunidades creemos que formar un juicio crítico consiste en que el alumno asuma posiciones de rebeldía frente a las instituciones. La formación del juicio crítico se inicia en el momento en que el individuo contrasta los elementos teóricos con su más inmediata y emergente situación. Una conciencia crítica implica ser consciente de lo que se aprende y la significación de lo aprendido. La crítica es cambio y si lo que elaboran los alumnos a nivel humanístico no transforma su condición personal no es posible hablar que han adquirido conciencia crítica.
Parece que como sujetos de una sociedad estuviéramos condenados a permanecer conformes. La conformidad se homologa con la pasividad. Si asumimos actitudes pasivas es difícil que logremos dar un nuevo giro a la sociedad. La tendencia a asumir los dictámenes de un orden establecido es cada vez más creciente y sus consecuencias pueden ser nefastas. Por ello, de nuestras aulas debemos desterrar los comportamientos conformistas y llevar a los alumnos a adquirir formas de cambio constante. Y cambio constante significa ver la existencia con ojos renovados, sin caer en pesimismos o utopías fantásticas; poner en escena las habilidades personales al servicio de los otros, ser diferente en la manera de proyectar la existencia sin desconocer que el otro también es responsabilidad mía y que los niveles de deshumanización no pueden ser el común denominador de la historia.
Tener conciencia crítica se traduce en la actitud que describe Platón en la alegoría de la Caverna, cuando el hombre que se libera y sale de las tinieblas y ve la luz del sol siente la imperante necesidad de ir y comunicar a los otros que la realidad que ven es falsa y engañosa; que las sombras mantienen al ser humano enajenado y no es posible estar viviendo en un mundo de oscuridades e incertidumbres. Ojalá los alumnos al terminar un curso de filosofía puedan identificar las sombras que la sociedad les propone y sientan la necesidad de abandonar el mundo oscuro de la sensación, el cual en el fondo se convierte en la negra noche donde resplandecen y ruedan fuegos enceguecedores e inverosímiles.
Enseñar filosofía porque, hoy como ayer, es necesario andar por el camino del amor

El amor es una dimensión que reta nuestra condición humana. Gran parte de la crisis que viven los individuos se cifra en no saber cómo y a quién realmente amar. El amor se asemeja a un manantial de agua, el cual si no se sabe utilizar y cuidar puede llevarnos a la muerte, quizás no física, pero sí emocional. La cátedra amatoria no se puede enseñar a través de las fórmulas y los teoremas. Teorizar sobre esta dimensión del ser humano puede resultar escurridizo, especialmente cuando queremos que los otros sigan los parámetros a través de los cuales nosotros hemos alcanzado la satisfacción o el fracaso. Si bien es cierto que la fórmula secreta para el amor no se saca de los laboratorios o de las aulas, si es posible dar orientaciones con las cuales nuestros jóvenes se enfrenten al arte de amar.
El amor como realidad que se va conociendo debe despertar en el individuo su atención, le debe llevar a admirarse de su propia condición de hombre o mujer, para que de ese modo llegue a construir desde su interior el deseo y la convicción de proyectarse en plenitud. El auténtico amor nos hace descubrir nuestra escasez y por ello se puede afirmar que es amante sólo aquella persona incapaz de decir "ya he amado bastante".
El amante es el hombre y la mujer que se encuentran en camino. Quien ya ha conocido, pero todavía no se conforma, sabe que le queda mucho por amar, es decir, por crecer, y la actitud debe ser no decir nunca basta. "Si dices basta estás perdido". (San Agustín). Lo anterior no se traduce en la aceptación de todo tipo de prácticas y manifestaciones afectivas. Cuando se descubre la esencia del amor es imposible ser permisivo ante conductas utilitaristas o manipuladoras. Con el tacto de quien talla una escultura o quien realiza un trabajo de filigrana, el ser humano puede descubrir que el genuino amor traspasa la franja de lo erótico y busca no la afirmación de los caprichos y los deseos sino la reciprocidad del encuentro gratuito y sublime que generosamente me regala el otro. Al respecto, resultan sugerentes las palabras de Platón cuando afirma que: "... la mayor parte de los amantes se enamoran de la belleza del cuerpo, antes de conocer la disposición del alma y de haber experimentado el carácter, y así no puede asegurarse si su amistad debe sobrevivir a la satisfacción de sus deseos."1
Enseñar filosofía para aprender a gozar de la libertad

Los adolescentes se quejan continuamente de que las instituciones y los mayores no les permiten ser libres. Ellos luchan, a través de distintas manifestaciones, por alcanzar la libertad. Dentro del colegio arguyen que ellos tienen la libertad de vestirse y expresarse como quieran, según sean sus preferencias. Detrás de sus quejas existen las ansias de libertad. Ese estado al que aspiramos los hombres parece que no se logra si previamente no asumimos unos mínimos condicionamientos. Ningún ser puede afirmar sensatamente que a la libertad se llega sin condicionamientos. La coacción es uno de los medios como descubrimos que el mundo y la humanidad se nos dan en relación con ellos mismos. Cuando los estudiantes reclaman que desean la libertad es pertinente preguntarles si realmente podrían subsistir sin la ayuda de otros. Ellos, con un poco de frustración, contestarán que no. Y es cierto, porque la libertad está condicionada, más no determinada. Nos condiciona el ambiente, el contexto, la institución, la pareja, el medio, etc. Pero lo más bello de la situación condicionante es que después de un lapso de tiempo, el individuo puede apropiar la manera de conducirse. De esta manera, es claro afirmar que el colegio, pero en especial la educación, lleva al hombre a conducirse por sí mismo.
La sentencia kantiana del "atreverse a pensar por sí mismo" es factible si desde la más temprana edad se ayuda al sujeto a deliberar conscientemente sobre las opciones más pertinentes en la existencia. La libertad como el pensamiento no surge por generación espontánea. Ella se logra si como educadores y padres de familia le ofrecemos a los educandos el modelo racionalmente adecuado para actuar. Si dejamos la libertad al azar, el estudiante lo único que logrará es identificarse con los modelos que le ofrece la televisión, la malicia popular o la frivolidad de la calle. Y creo que como sujetos responsables lo último que deseamos es dejar a la juventud beberse la existencia desaforadamente.
En conclusión, cuando se enseña filosofía se pretende que el preciado tesoro -la humanidad- logre abandonar la "bulimia consumista y la anorexia cultural". En definitiva, enseñamos filosofía para que nuestros alumnos alcancen la felicidad a través del amor, la reflexión, los valores y la búsqueda incesante. "Porque el verdadero buscador, sólo busca por el placer de buscar, no por el de encontrar. El verdadero buscador viaja con quien le abre caminos, no con quien le lleva de la mano."2 Dejemos, pues, que a través de la filosofía nuestros alumnos abran los caminos del amor y el pensar.
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1 PLATÓN. Diálogos. En: Fedro o del amor, Porrúa, México, 2001. p. 252.
2 Anónimo.

domingo, 14 de junio de 2009

LA ESCUELA SECUNDARIA Y LA MODERNIDAD


La escuela secundaria y la modernidad
Formación hacia la mayoría de edad de la autonomía
La escuela secundaria, es un nivel de la educación, colombiana que recibe estudiantes entre 10 y 16 años de edad, con la aspiración de formarlos integralmente para vincularlos luego a la sociedad

Reproduce: Héctorfabiovillalba@gmail.com
La educación secundaria, cuenta con un pensum que podría aceptarse como global y, con una intencionalidad de acercar a los escolares con la ciencia, la cultura, las humanidades, la estética y la expresión física con los propósitos de formarlos académicamente, laboral y cívicamente, lo que les permitirá insertarse en niveles superiores de la educación, a emplearse en una actividad que solucione sus problemas de vida y, a su vez, a integrarse como ciudadano a la sociedad.
Lo anterior puede ser un imaginario, que en la práctica no se está cumpliendo en la educación secundaria. Este tipo de escuela en la generalidad, no ha optado por la asunción de los códigos de la modernidad que le garantice a los estudiantes, el acceso a la universalidad del pensar, a la libertad de opinión, a los descubrimientos científicos, a contar con diversos enfoques religiosos y políticos, a visualizar los avances sociales y morales y, a tener, un sentido estético expresivo.
Una escuela secundaria en la modernidad, se podría enfatizar, que se encuentra bastante alejada de una época, si quiera de ilustración y mucho menos, de tener el carácter de ilustrada.
Las razones y sin razones de este auto reconocimiento, está por dilucidarse a la luz del diálogo, la confrontación entre quienes han dirigido la educación desde las esferas estatales, hasta las organizaciones gremiales y académicas del magisterio, los mismos docentes y demás asociaciones y grupos de investigadores educativos que tendrán que generar un movimiento nacional por la educación en aras de establecer reales indicadores de calidad de la educación, en dirección al tercer milenio. Con referencia a la formación hacía la mayoría de edad, la escuela secundaria por lo general, ha venido actuando como tutora de los estudiantes, y los ha “formado” en la dependencia, sin permitirles pensar por sí mismos.
El ciclo secundario lo inician unos jóvenes preadolescentes que se encuentran en transito de la heteronomía hacía los niveles de autonomía.
Piaget y Kolberg, más adelante, establecieron que los niños mantienen un sistema de obediencia a la autoridad hasta los diez años. No obstante, la experiencia docente indica que, aun en edades superiores, se continúa siendo dependiente de otros: maestros, adultos, autoridades y sociedad. (Sería interesante establecer si Kant, definió algunos topes cronológicos para alcanzar la mayoría de edad). Es preferible y “cómodo ser menor de edad, si se tiene un libro que piensa por mí... no necesitaré esforzarme, otro asumirá por mi tan fastidiosa tarea de pensar”.(1). Esta circunstancia casi que se genetiza en el hombre debido a la cultura de la imposición, implementada por la escuela, la familia y la sociedad.
Por otro lado, tanto la escuela primaria como la secundaria han comportado sus métodos de trabajo, basados en códigos disciplinarios y normas escolares, que han tenido como propósitos encasillar y amarrar los comportamientos del estudiante, impidiendo que los escolares actúen por sí solos. Ya lo señalaba Kant: “los reglamentos y formulas como instrumentos mecánicos de un uso racional, o más bien del uso de sus dotes naturales, son los grillos que atan a una persistente minoría de edad”.(2).
Los años transcurridos, desde la divulgación de esta tesis, pareciera que nada hubiese ocurrido, toda vez que, la escuela secundaria poco ha modificado la costumbre de educar, basados en los esquemas rígidos que rayan en los niveles de la sanción y del castigo. La formación en la convivencia, la armonía, la democracia y la tolerancia, hasta hace muy poco han tocado las puertas de la escuela.
La escuela secundaria, sin embargo, debe tener como uno de sus principales propósitos, garantizarle a los estudiantes unas practicas que le permitan auto- formarse y auto-apropiarse de unos saberes, unos conocimientos y unos ejercicios de democracia y convivencia que le indiquen el camino hacia la estructuración de su mayoría de edad; Es decir, que se vaya convirtiendo en un hombre o una mujer autónomos en la medida en que, asume un nivel de legalidad para sí mismo, tanto individual como colectiva.
La autonomía individual, es algo inherente al ser humano, la cual debe descubrir y construir con el esfuerzo de su razón y voluntad; sin olvidarse que vive en un entorno de carácter social. La autonomía colectiva, se adquiere en relación con otros, de manera consensual para beneficio mutuo ya sea del espacio inmediato, del grupo, de la institución o la sociedad en general.

La mayoría de edad, es contraria a todo autoritarismo de otros. A pesar de ello, el hombre y la mujer se van haciendo autónomos, no solo por rebelarse a toda clase de autoridad, sino que progresivamente asumen comportamientos de carácter libertario. Se trata de adoptar una concepción diferente, que lo invite a salir del dualismo autoritario, para concebir, un sistema de relaciones horizontales con sus compañeros, con sus maestros, padres de familia y con la misma escuela.


Como se ha expresado, la lucha por la conquista de la autonomía es algo que debe mantenerse en la escuela, pues allí esta la esencia de trabajo de auto- educación que el sistema docente debe brindar.Aparece entonces, una acción de contrarios entre la heteronomía que impulsa la sociedad, y la escuela que por lo general les niega a los estudiantes su propia determinación. ¿Por qué, los adultos, la sociedad y la escuela son temerosos de permitir la actuación libre de los adolescentes?.
Detrás del fantasma del libertinaje, no se facilita el uso de la libertad. El otro polo de la heteronomía en la acción de contrarios es la autonomía como una vocación propia de los hombres. Así que quienes dirijan una institución educativa, los directivos docentes y maestros deben tener una clara concepción de autonomía pues, nadie puede generar actos autónomos, si nunca se ha comportado como demócrata. La tarea de la escuela secundaria, debe comenzar por gestionar todo un proyecto que forme a sus docentes en conceptualizaciones y practicas que estimulen una real praxis en autonomía.

Vista así la situación, la escuela y sus docentes deben organizar todo un trabajo teórico-practico de manera permanente y cotidiano que le permita a los estudiantes (no educandos) acceder a formas y sistemas de obrar en correspondencia con máximas que se conviertan en leyes universales. Se trata de trascender el discurso que supere la atención individual de los problemas, donde la “solución” recae sobre la persona, pero no sobre el grupo, el curso, o la escuela secundaria. Al expresarse en ese sentido, el comportamiento o el juicio moral, solo se manifiesta en el individuo, quien lo asume para sí; es decir, la máxima no adopta una socialización como ley universal.
En consecuencia, lo que se trata de explicitar es que, se debe “obrar de tal modo, que uses la humanidad, tanto en tu persona, como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin, nunca como un medio”. El principio de la humanidad, lleva consigo, el postulado de auto - legislación, es decir, de la autonomía de darse a sí mismo la forma de conducta. En términos llanos, en la vida de la escuela secundaria, no es otra cosa que, asumir desde la apropiación del estudiante, hasta la búsqueda del consenso, unas máximas, (códigos, normas, manuales), que puedan ser acogidas por todos; de lo contrario, se cae en la heteronomía, en la dependencia, la obediencia de las leyes que han sido elaboradas por otros. (Reglamentos estudiantiles)

domingo, 7 de junio de 2009

desatar nudos de los niveles


Desatar el nudo de los niveles para conquistar los ciclos
Por Héctor Fabio Villalba tomado de Escuela País
El nudo corredizo de los niveles

En la infancia, muchos niños campesinos jugamos en la casa, en el potrero y en la escuela con lazos y cabuyas. A través de estas redes desarrollamos parte de la motricidad y la elasticidad, que lastimosamente venimos perdiendo, más que por el paso de los años, por el sedentarismo en que hemos caído en las ciudades. Además de saltar, ingeniar objetos y elaborar mochilas artesanales, los lazos nos permitieron aprender a hacer, deshacer y rehacer nudos.

Los contenidos de la revista antes referida, son fibras para seguir con la discusión acerca de cómo hacer para desatar ese tramo de cuerda, que sujeta un modo de pensar la educación y que amarra las prácticas pedagógicas de los educadores y la organización de la escuela desde una lógica cercana al conductismo, al positivismo y a la linealidad. Ese nudo responde al nombre de niveles educativos, está puesto en difuso lazo de la escolarización colombiana.

Aunque la realización de los nudos se hace desde el sentido común, el desatamiento de los mismos “tiene su ciencia”; es decir, hay que poseer unos saberes, unas técnicas y unas destrezas, tanto para armarlo como para desatarlo. El nudo de la corbata es un ejemplo muy familiar. En el caso de los ciclos, no hay sospecha del requerimiento del conocimiento científico y del manejo de la tecnología para su armazón. No basta con observar, se requiere estudiar, alimentar la propuesta y ser rigurosos, para evitar caer en la charlatanería, en la imposición y así terminar equipando un nudo corredizo, tal como viene ocurriendo en algunas situaciones.

Pero antes de ocuparnos de los ciclos es necesario desatar el nudo de los niveles, para que el conocimiento que transporta la cuerda pueda fluir. Desatar el nudo de los niveles conduce a responder la pregunta acerca del proceso histórico y de las circunstancias que llevaron a hacer este nudo y otros precedentes. En el surgimiento de los sistemas escolares, por ejemplo, primó la necesidad de aprender a leer, de un lado para acceder a la Biblia y de otro para garantizar el manejo adecuado de las máquinas por los obreros. Esas demandas sociales auspician la aparición de la educación primaria obligatoria, ligada a la educación popular, independiente de los liceos y de éstos con la universidad, escenario establecido para las élites.

Mientras esto acontecía en los siglos XVII Y XVIII, en las dos siguientes centurias la organización de la enseñanza opta por las divisiones: comercial, industrial, agrícola y artística, apuntado a las exigencias sociales en el aspecto laboral. Ya, a finales del siglo XX surgen: el jardín de infantes, la educación Básica y la vocacional. Tomar conciencia de estos acontecimientos -escribe Aguerrondo (2009, 20)- “es la única manera de avanzar en el necesario proceso de articulación entre niveles para resolver los nudos críticos de deserción y repetición” y para afirmar “la construcción colectiva de un nuevo enfoque de trabajo pedagógico” tal como lo explicita el profesor Rodríguez (Rodríguez Céspedes, 2009, 44).




El lugar de la pedagogía y de la historia
La organización escolar por ciclos no puede reducirse a un ejercicio de forma, como en algunas situaciones se viene impulsando. La organización por ciclos reclama el lugar de la pedagogía, entendiendo con Zuluaga, que hoy en día el lugar de elaboración de la Pedagogía ya no es la escuela, sino la ciencia.” Y no es que la Pedagogía no pueda pensar la escuela o deje de pensarla, sino que “el concepto de escuela no es ya la finalidad que enmarca las conceptualizaciones, el que traza el entorno de la enseñanza» (Zuluaga, 1993, 120).

En este sentido, la aseveración hecha por los colegas de Quiba (2009, 70) acerca de que SICA (Significa-comprende-actúa) es un modelo pedagógico, aunque loable la postura, en esta búsqueda de contenido despista e incluso debilita la argumentación, sobre todo porque los niveles están blindados por verdaderos modelos pedagógicos, primordialmente por el Tradicional, el Conductista e incluso el Cognoscitivista. De otro lado, porque se simplifica un concepto elaborado académicamente cual es el de Modelo pedagógico. Un modelo -al decir del profesor Flórez Ochoa- “es la imagen o representación del conjunto de relaciones que definen un fenómeno, con miras a su mejor entendimiento” y los modelos pedagógicos representan formas particulares de interrelación entre los parámetros pedagógicos.

Igualmente, asumir el ciclo como una agrupación de grados escolares, según las especificidades y lo que se considera como básico en los aprendizajes de los estudiantes, dimensionando las edades, los aprendizajes y lo socio afectivo, dejando en un plano silencioso el empuje del contexto histórico, la situación familiar, las condiciones socioculturales de los estudiantes y la influencia de los medios masivos de comunicación, es una concepción que se queda en la forma y se pierde de tocar fondo. El profesor Barbero, aduce, que “La televisión desordena las secuencias del aprendizaje por edades y etapas”. Y ninguno de nuestros niños escapa a la televisión, es más, algunos ya son “adictos” a ella y al computador. El problema de fondo “es cómo insertar la escuela en un ecosistema comunicativo” porque, “la escuela encarna y prolonga, como ninguna otra institución, el régimen de saber que instituyó la comunicación del texto impreso” (Barbero, 1997:10-12)


El Nudo Gordiano
El nudo Gordiano de los ciclos está en saberle hacer el amarre a la cuerda. Es decir, en darle la apretura pedagógica que requiere para que no sea un nudo corredizo. En esta línea de ideas, merece especial atención el estudio de las escuelas de pensamiento pedagógico. La Escuela Histórico Cultural, el Constructivismo e incluso el Cognitivismo, por ejemplo, ya reclaman su padrinazgo.




Aplicar la eutanasia a los niveles para que nazcan los ciclos, es una acción que coadyuva a elevar el pensamiento empírico en pensamiento teórico. O si se quiere -recurriendo a Vigotszky- pasar en la comprensión de la propuesta de la zona de Desarrollo Próximo a la zona de Desarrollo Potencial. Pero en todo caso no se puede dejar en estado de coma a los primeros ni en la sala cuna a los segundos. La maduración socio afectiva, la maduración cognoscitiva y la maduración social que reclaman los ciclos, debe afianzarse primero en nosotros los maestros y directivos docentes.
Culmino esta reflexión inconclusa pero incitadora al debate que necesitamos hacerle a la propuesta de ciclos, reafirmando que la propuesta es interesante, pero que no se puede abordar de cualquier manera, ni por cualquier organismo ajeno al cultivo riguroso de la pedagogía. Igualmente, la propuesta debe articular las experiencias reflexionadas de los educadores y las influencias del los contextos local, regional y mundial. La propuesta de los ciclos es un viaje y lo que importa es ir viajando hacia la meta, pero si la meta es imponerla, “se jode la obra”. ¡A seguir desatando el nudo de los niveles para conquistar los ciclos!

miércoles, 3 de junio de 2009

DEL 230 AL 1290


Del 230 al 1290, en la ruta del hombre sin atributos
El pasado 16 de abril 2009 el Ministerio de Educación Nacional expidió el Decreto 1290 que entrará reemplazar a partir del próximo año al decreto 230, como el instrumento por el cual se reglamenta la evaluación del aprendizaje y promoción de los estudiantes de los niveles de educación básica y media en el país, en tres ámbitos que son el internacional, el nacional y el institucional
Por: Javier Vargas Acosta*
reproduce Héctor Fabio Villalba
Por tratarse de un tema230 de gran importancia para el futuro de la educación en el país, en esta oportunidad presento la entrevista que realicé con el maestro e investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Guillermo Bustamante, y que fue emitida en la sección Aula Urbana Dial del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico-IDEP, en el marco del programa ESCUELA PAÍS.
Javier Vargas:¿Cómo se inscribe, a qué imposición de orden internacional responde el Decreto 230?
Guillermo Bustamante: Es muy importante eso que usted pregunta, es decir contextualizar el asunto, de dónde vienen las nuevas medidas. Por ejemplo el tema de los indicadores de retención, de repitencia vienen siendo desde un tiempo para acá una exigencia dura del Banco Mundial, que condiciona los préstamos que tienen que ver con la educación a cierta toma de decisiones. Entonces por ejemplo el tema de la promoción automática tiene que ver con que había un “gasto excesivo”, dado que se estaba dando una repitencia también excesiva, y en consecuencia a un niño hay que invertirle dos veces cuando repite, y de alguna manera ese niño está en el lugar de otro que hubiera podido ocupar su puesto de pronto con más éxito. De manera que sin cuestionar el asunto de las prácticas educativas, sin interrogar el asunto de por qué repiten los estudiantes y en qué condiciones sociales y culturales se desenvuelven, se pasa a una medida de promoción universal que es la de la promoción automática. Por supuesto ahí hay un grave error pero esto se enmarca en la perspectiva de mirar la educación desde el balcón del Ministerio de Educación, que legisla para todo el país sin hacer discriminaciones sobre las diferencias que hay en ese país.


J.V: Profesor Guillermo Bustamante, ¿qué diferencias ve usted ente el 230 y el 1290?
G.B: A mí me parece que entre el 230 y el nuevo Decreto 1290 no hay mucha diferencia, pero yo quiero llamar la atención de los maestros en el sentido de que supuestamente el Estado con este decreto nos está dando a los maestros mayor autonomía, cosa en la que yo no creo por supuesto, por que el solo hecho que se otorgue la autonomía es una paradoja porque el solo hecho de darla ya constituye una relación heterónoma. Lo absurdo es que el Estado con el 1290 nos dice, si querían más autonomía allí la tienen; y el Ministerio de Educación no se quiere meter en nada, no quiere asumir mayores compromisos y luego del grave error del 230 nos dice: si querían más autonomía allí la tienen y pone a los maestros a correr porque todos quieren quedar bien en las famosas pruebas. Yo no creo que esto sea un tema de la autonomía, el docente siempre ha sido autónomo, cuando entra a un salón de clases hace y dice las cosas como a bien tenga, como su relación con el saber y con el campo pedagógico le permiten trabajar con sus estudiantes.

J.V: Profesor Bustamante, en ese mismo sentido ¿cómo ve usted el tema de las evaluaciones externas?
G.B: Bueno para mí de alguna manera las evaluaciones externas compiten con las decisiones del docente en el aula en el sentido de que antes la promoción, el destino de un estudiante a lo largo de sus estudios tenía que ver con decisiones del docente que lo evaluaba a su manera. Hoy en día y más o menos a partir de los años 90, con las evaluaciones externas cada vez va siendo menos importante la evaluación de aula, menos decisiva porque ahora las evaluaciones masivas que se valoran con métodos estadísticos se convirtieron en el lugar desde donde se deciden los grandes asuntos de la educación. De manera que si un maestro cree que sus estudiantes son buenos pero viene el Ministerio de Educación y aplica la prueba Saber, y resulta que les va mal, pues entonces lo que se considera es que están mal. Igualmente si a los estudiantes les va mal, pero en estas pruebas tienen un buen desempeño, entonces se tendrá en cuenta más el resultado de dichas pruebas independientemente del criterio del maestro.

J.V: Cómo ve usted la posición del Estado que de una parte exige al maestro que forme ciudadanos íntegros, moral e intelectualmente, pero de otra parte con medidas como estas deslegitima su autoridad dentro del aula?
G.B: Yo insisto en que el Ministerio de Educación con el 230 hizo que los maestros entraran en pánico, porque el asunto de tener que controlar a un grupo, el asunto de tener que vérselas con un grupo humano díscolo, en función de un saber que no les corresponde por naturaleza, que no les es obligatorio, es una nueva dificultad que se le pone a la profesión docente, cuando el Decreto 230 nos obliga a pasar al 95 por ciento de los estudiantes, lo que indica a las claras es yo como maestro que sólo tengo potestad sobre ese 95 por ciento. Eso resulta paradójico ya que de alguna manera lo que tiene un maestro es sus manos es un pedacito de país, y yo entiendo que uno quisiera que todos los colombianos fueran excelentes profesionales, unos excelentes trabajadores, pero la norma en el fondo lo que legitima es el tema de las evaluaciones masivas externas. Allí veo que los maestros no hemos cuestionado esas evaluaciones externas, casi que reclamando ese poder que nos quita la norma, o lo que es lo mismo la disminución de nuestras armas para mantener a los estudiantes atentos.


J.V: Los tecnócratas del Ministerio de Educación ahora le echan la culpa de todo lo malo que pasa en la educación a los maestros, ¿qué opina usted de esto? G.B: Lo que está pasando no es culpa de los maestros, y tampoco es un asunto de mala voluntad de ellos, ni más faltaba, pero lo que pasa es que estamos en una época en donde nos quejamos que los estudiantes no quieren prestar atención, que poco les importan los contenidos de las asignaturas, que no respetan la autoridad como antes, pero el maestro, producto de la imposición de las evaluaciones estadísticas se ve abocado casi que a formar un ser que no tiene atributos más allá de lo que le pueden dar dichas evaluaciones. Por eso yo llamo la atención a los maestros en el sentido de que no nos quedemos en analizar por qué nuestros estudiantes son así, sino que analicemos cuál es nuestra posición, cómo nos asumimos frente a nuestra condición de sujetos poseedores de un saber, como intelectuales que debemos dar respuestas a las dificultades de esta época y no cuestionar tanto si las normas nos quitaron o no poder frente a nuestros estudiantes.

J.V: Por último profesor Bustamante ¿qué mensaje le envía a los maestros en esta época de cambios?
G.B: Bueno, primero recordarles que nuestra profesión no es nada fácil que siempre ha habido distractores que tratan de desvirtuar nuestra labor. Pero quien ha dicho que el trabajo del maestro ha sido lo fácil, el trabajo del maestro es enfrentar grupos heterogéneos, enfrentar el hecho de que ese saber que él posee no está hecho para qué los demás lo pongan en su cabeza, y darnos claramente cuenta de que eso grupos humanos con los que trabajamos quisieren que les diéramos cosas más fáciles, como poner un Ipod para escuchar su música preferida o ver los videos de moda. El maestro tiene es que asumir una relación sólida con su profesión, una relación sólida con su campo de saber, y solamente así yo como maestro podré crear un contexto en el que mis estudiantes se ve necesitado de transformar su manera de relacionarse conmigo, que cambie su manera de relacionarse con el conocimiento. El deseo de aprender no aparecerá en un contexto en el que yo le diga al otro lo que debe aprender; el deseo de aprender aparecerá sólo cuando lo que yo le presento es tan desafiante, tan novedoso que el otro se tiene que mover hacia lo que yo le propongo porque lo deseará. En síntesis no dejar que las imposiciones burocráticas de las evaluaciones y las encuestas nos alejen del verdadero conocimiento y sigamos siendo idiotas útiles, formando niños y jóvenes sin ninguna clase de atributos.

lunes, 1 de junio de 2009

PERSONAS QUE SUEÑAN EN GRANDE

Dedicado a aquellos que tienen el coraje de soñar en grande, construyendo en el proceso un mundo mejor en el que vivir.
Por -. Héctor Fabio Villalba
Muchas personas han vivido ya la experiencia de haberlo intentado todo, infructuosamente, para crear su propio negocio, ayudar a su familia, encontrar un verdadero Thomas Edison solía decir, “No me siento desanimado, porque todo intento fallido que se descarta es un paso más hacia adelante.” amigo, o simplemente sentirse feliz.

El primer paso para darle media vuelta a su vida es desembarazarse de esa negativa creencia de que no puede hacer nada o de que es incompetente.

“El éxito es el resultado del buen juicio. El buen juicio es el resultado de la experiencia. Y la experiencia es a menudo el resultado del mal juicio”.
Atrévase a comenzar a pensar en grande. Walt Disney solía decir: “Todo lo que la mente del hombre puede imaginar puede hacerse realidad”. Comience a soñar en grande.

Todos cuando nacemos tenemos una gran capacidad para soñar. Los niños son el mejor ejemplo. Se hizo recientemente un estudio en niños de todo tipo de clases sociales, preguntando se les a todos ellos la misma pregunta: Tú, ¿Qué vas a ser de mayor? No que te gustaría ser o que quieres ser, sino que VAS a ser de mayor.
Y aquellos niños, independientemente de su condición social respondían grandes logros: presidente, campeón olímpico, estrella de cine,....

Un niño desde que nace hasta los 18 años escucha más de 300.000 veces la palabra NO. “No toques eso”,”Tú no puedes”, “No lo hagas”, “Tú no vales”,.... A esto yo le he llamado la teoría de los hombres y mujeres bonsáis.

Un bonsái no es más que un árbol normal, al que durante su crecimiento se le ha sometido a una serie de tratamientos, consiguiendo que desarrolle muy poco su tamaño.

Cuando una persona comienza a pensar en grande pone en marcha el mecanismo del entusiasmo de estar enfocado en aquello que más desea. Estará luchando por construir el futuro que usted mismo se ha diseñado. Y ese sueño, respaldado por un deseo ardiente de triunfar derribará cualquier obstáculo que surja en su camino.